[Fuente: ElCorreo.com]
El corazón en un puño. Pasan las diez de la noche en el domingo que marca frontera entre las dos mitades de julio, y el agua que cae desde hace varias semanas y de forma impenitente sobre la comarca jarrera acaba haciendo mella, no sólo en la paciencia y las articulaciones de la gente, sino en la vaina de plomo de un cable que se tiende sobre la fachada del edificio número 4 de la Avenida de La Rioja. Informa: Roberto Rivera